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La protección solar

Habiendo dedicado una pequeña entrada en el blog de Aromaterapia al Astro Rey quería completar aquella información con algunos apuntes sobre los protectores solares.

En la red encontraréis mucha información sobre marcas cosméticas que comercializan cremas solares, también hay blogs y otras webs donde se explican los pros y los contras de este tipo de producto cosmético. Personalmente no me la juego, busco casas reconocidas que me ofrezcan un producto bio con filtros minerales pero lo verdaderamente importante será protegerse.

La protección solar hace referencia a productos con filtros solares, es decir, ingredientes activos que evitan que los rayos solares penetren en la piel. El índice de protección solar (IP o SPF) es un índice reglamentario que nos permite conocer el poder protector de un producto que además podría indicar el tipo de rayo (UVB, UVA)

- Los filtros químicos: son moléculas que absorben una parte de los rayos UV, últimamente se empiezan a reducir porque son poco ecológicos (contaminan), pueden causar alergias e irritaciones, no se conocen sus efectos de uso a largo término…

- Los filtros minerales: son minerales que reflejan una parte de los rayos UV, es decir, se trataría de una barrera física. Son muy bien tolerados por las pieles sensibles y no se absorben a través de la piel. Aún y así, tienen un efecto “blanquante” que hace que muchas marcas utilicen nanopartículas sobre las que hay cierta controversia también por no conocer sus efectos a largo término.

En cosmética casera no se puede medir el factor de protección por lo que será siempre imprescindible el uso de un protector reconocido. Pese a ello podemos utilizar algunos ingredientes que preparen la piel, que faciliten el bronceado, que protejan de agresiones externas y complementen al protector “oficial”, que cuiden el cabello, que calmen e hidraten la piel tras el baño de sol…





¿Nuestros mejores amigos? Los aceites vegetales de aguacate y sésamo, la manteca de karité, el aloe vera, el aceite esencial de lavanda, el hidrolato de manzanilla…


Y sobre todo, recuerda: ¡que el Sol no queme tu piel!

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