... "cosmétique maison" y recetas golosas...

Cerato exfoliante de Cacao y Nuez

Colgaba hace un par de días una entrada explicando brevemente qué era un cerato. Animada por algunas recetas cosméticas que encontré y queriendo aprovechar restos de cera de soja me decidí a realizar un nuevo “mejunje”… Mi objetivo principal era hacer una base a partir de la cual obtener una textura cremosa o más sólida, tipo barrita de masaje (para hidratar la piel)

Como ha sido un experimento y no he seguido ninguna receta preestablecida me salió un pequeño desastre que pude aprovechar para hacer un exfoliante… ¿Os cuento? Pues a la cera de soja le puse cacao en polvo por lo que aunque obtuve una textura increíble el polvo no se disolvió y si la utilizaba como hidratante corporal no había manera de deshacerse del cacao…

Aún y así, os explico, para que también vosotros podáis experimentar… Tenía unos 20 gramos de cera de soja (no modificada) que fundí al baño maría y a los que añadí 5 ml de macerado de vainilla y una cucharada de café de cacao en polvo. Como ya os he dicho, no acabó de gustarme el resultado así que lo utilicé como exfoliante…

 Mi exfoliante de cáscara de nuez

Lo batí con unas varillas para que se hiciera más blandito, le añadí aceite de oliva, polvo de cáscara de nuez y un sobrecito de azúcar.

Aplicado sobre la piel húmeda, dando ligeros masajes, fue un auténtico placer chocolateado. No me gusta la idea de usar aceites o mantecas en los exfoliantes porque como hay que aclarar siempre me da la sensación de estar malgastando producto… Pese a ello, su uso es fantástico, porque a la vez que exfolias, estás hidratando y aunque te aclares, la piel queda suave y  ligeramente “pringosona” como cuando usas algún aceite o manteca más densos.

Siento no poder poneros las medidas exactas, ¡ya sabéis que este es un blog “experimental”! En próximos intentos prometo ser más concienzuda… 


Eso sí, moraleja: por mucho que nos guste el chocolate… :)

¿Cerato, ungüento, cataplasma, emplasto o bálsamo?

Leyendo, leyendo (que es lo mejor para estar informado) webs y libros en francés, me encontré con varias recetas cosméticas denominadas “Cerat”. Por supuesto no hay que saber el idioma para reconocer como ingrediente principal la cera. Aún y así, decidí buscar la traducción en castellano y encontré curiosidades, como que por ejemplo el CERATO ha sido muy utilizado como base en medicina popular en nuestro país…

He encontrado un libro en Google Books del año 1886 que es una auténtica joya, no dudéis en echarle un ojo… Se explican conceptos muy interesantes de la práctica médica de esa época…


Las bases se definirían como el soporte de las sustancias activas en preparaciones semi-sólidas y sólidas. Algunas tendrán afinidad por el agua, otras por el aceite y a día de hoy pueden ser de origen natural o sintético. Para la aplicación cutánea encontraríamos pomadas, cremas, geles, pastas… Se utilizan para hacer llegar las sustancias activas al organismo a través de la piel, así como para tratar heridas, dolor local…

¿Qué es un CERATO?

Según la RAE, es un preparado farmacéutico que tiene por base una mezcla de cera y aceite, y se diferencia del ungüento en no contener resinas.
El Cerato Simple, contiene ceras y aceites en la proporción adecuada para obtener una textura como la miel. Es una base muy interesante para principios activos.

Después descubrí el Cerato de Galeno, que lleva ceras e hidrolato de Rosas (agua de Rosas)
Por último hablaríamos del Cerato Compuesto, cuando se incorporan las sustancias activas.
Qué interesante, ¿verdad?

¿Qué es una POMADA?

La pomada tendrá una textura similar al cerato y estará también compuesta de sustancias grasas (antiguamente, grasas y mantecas de cerdo)

¿Y un UNGÜENTO?

Un ungüento contará en su composición con resinas pero no tendrá ceras. Fijaos en la definición de la RAE: “Medicamento que se aplica al exterior, compuesto de diversas sustancias, entre las cuales figuran la cera amarilla, el aceite de olivas y el sebo de carnero”

¿Y un EMPLASTO?

Un emplasto también sería un preparado de origen farmacéutico de textura sólida y con propiedades adhesivas.

¿Y qué me dices de una CATAPLASMA?

Es una base blandita que además ofrece un poder calmante y emoliente a la piel.
¿Conocéis el Sinapismo? Pues se trataría de una cataplasma realizada con polvo de mostaza… ¡Tiene pinta de dar calor! Y así es, tiene un efecto rubefaciente (calor, cierto pico)

Y por último, ¿qué me cuentas del BÁLSAMO?

Un bálsamo denominaría una sustancia líquida, con elementos aromáticos, utilizado también como remedio en afecciones de la piel.

Y vais a pensar… ¿Por qué nos cuenta todo esto? Primero de todo, porque seguro que os encanta estar informados y conocer cosas nuevas… y además, porque aunque en su origen todos estos preparados tuvieran una acción médica sabemos que podemos darle un uso para el bienestar (cataplasmas de arcilla para dolores musculares después del esfuerzo físico) pero sobre todo porque nos encantan sus propiedades cosméticas… ¿Me equivoco?
Y yo he descubierto el CERATO como una base increíble para cuidados hidratantes y golosos para la piel… ¿Un secreto? Estoy utilizando un cerato chocolateado del que espero hablaros en breve…

¡Un saludo aromático!

Los Absolutos: preparando un perfume

Preparar un perfume es un auténtico arte. Hay que practicar con las medidas, los aromas, los posibles ingredientes… Y sobre todo, escuchar al corazón y a la “nariz”.

Pese a ello podemos hacer nuestros perfumes con un poco de ilusión e interés por conocer las diferentes posibilidades que tenemos. Espero que podamos ir compartiendo en próximas entradas trucos e ideas para perfumarnos de la manera más natural… Como podréis leer en Los Aromas de la Luna Llena yo me preparo brumas de ambiente sencillas a base de alcohol y aceites esenciales, pero hay otras maneras que iremos descubriendo juntos…


Hoy querría escribir sobre los absolutos, el ingrediente estrella del perfume. Los absolutos son extractos de plantas (flores, corteza, gomas vegetales) que contienen gran cantidad de moléculas aromáticas y por ellos son tan apreciados en perfumería. Como siempre a la hora de elegir un ingrediente o producto, hay que adquirirlos puros y de calidad, porque son caros y ya que gastamos, hacerlo bien.

Los absolutos permiten obtener el perfume de una planta que no contiene muchas moléculas aromáticas y que si la intentáramos utilizar para conseguir aceite esencial, los procesos de calor y vapor de la destilación aún podrían hacer que se perdiera más la esencia del aroma…
Los absolutos se obtienen mediante extracción en grasa (“enfleurage”: la grasa se trata con alcohol que luego es evaporado) o por maceración en un solvente volátil que da lugar al concreto (ceras, compuestos oleosos y las moléculas aromáticas) que se vuelve a macerar en alcohol para obtener solo las moléculas aromáticas.

Estos procesos permiten que el absoluto se pueda utilizar en recetas de base alcohólica u oleosa. Algunos de los absolutos que podemos encontrar en el mercado también nos regalarán propiedades cosméticas e incluso para el bienestar y el mantenimiento de la salud.

¿Algunos ejemplos de absolutos? El de Violeta, el de Mimosa, el de Rosa, el de Jazmín…
Se pueden utilizar añadidos a mantecas y ceras para crear perfumes sólidos, a aceites vegetales para perfumar vuestras composiciones o sinergias, con alcohol y aceites esenciales para colonias frescas o utilizarlos para jugar a ser “un auténtico nariz” y crear fantásticos perfumes… Como siempre, con precaución, con conocimiento y respeto…

Espero que ahora tengáis aún más ganas de saber cosas nuevas sobre ellos…
¡Saludos aromáticos!

Barritas de masaje Lavanda y Chocolate

Tenía muchas ganas de realizar unas barritas de masaje pero nunca encontraba el momento. Ayer me di cuenta de que me quedaban algunos ingredientes sin utilizar y como nunca hay que desperdiciar ni tirar nada, la creación de barritas de masaje son una opción muy buena.
Utilicé un molde en forma de estrella y quedaron unas barritas la mar de cucas. Me ha quedado claro que este año si tengo que regalar algo serán barritas de este tipo: ingredientes naturales, cuidado de la piel, aromas deliciosos… ¿A quién no le van a gustar?

ESTRELLITA DE CHOCOLATE

-         10 g de cera de soja (no modificada genéticamente) / Se podría sustituir por manteca de cacao.
-    15 g de manteca de karité.
-         20 ml de macerado de vainilla.
-         ½ cucharadita de café de cacao en polvo.
-         2 gotas de extracto aromático de cacao – opcional -

Se funde al baño maría la cera de soja. Cuando esté derretida se le añade el macerado de vainilla y se remueve bien. Se espera un minuto, para que no esté tan caliente, y se le añade el extracto de cacao y el cacao en polvo. Aún estando líquida se vierte en moldes de silicona. Se deja enfriar y se desmolda.

La cera de soja (aunque no es una cera, realmente) se utiliza para la fabricación de velas veganas pero también es una buena base para la creación de barritas de masaje, ya que aporta un buen soporte para aceites y mantecas vegetales. Es nutritiva y protege la piel de las agresiones externas.


ESTRELLITA DE LAVANDA

-         25 g de manteca de karité.
-         10 ml de aceite vegetal de aguacate (de almendra, oliva...)
-         4 gotas de aceite esencial de Lavanda (Lavandula angustifolia)
-         1 gota de aceite esencial de Geranio (Pelargonium graveolens)

Se funde al baño maría la manteca de karité y se le añade el aceite vegetal. Se espera un minuto y se añaden los aceites esenciales removiendo bien. Se vierte el líquido en el molde de silicona, se deja enfriar y se desmolda.


Ambas estrellas se utilizan como barritas de masaje: se pueden pasar suavemente sobre la piel, veréis que se deshacen ligeramente dejando aceitosa la superficie, preparada para recibir un masaje. También se puede deshacer entre las manos una pequeña cantidad de la estrella y aplicarla directamente.

Apetecen, ¿verdad?
¡No olvidéis leer las precauciones de empleo! :)

Cómo preparar un macerado oleoso casero

El macerado oleoso es un aceite que contiene extractos vegetales debido a la infusión de los mismos en el aceite de elección. Esto nos da como resultado una fantástica sinergia entre las propiedades del aceite de base y los principios activos de las flores o hierbas que hayamos decidido poner a macerar.

Los macerados en aceite son un regalo de la naturaleza y su uso en masajes, un verdadero placer. Los podemos encontrar preparados, y su uso será muy sencillo: como base oleosa para los aceites esenciales, como ingrediente en nuestros cosméticos caseros o solos, en masajes de bienestar o con fines terapéuticos.
Pero también podemos prepararlos nosotros mismos y todo el proceso ya será un auténtico momento de relax. Por supuesto, la parte artística es importante, pero si no sabemos un mínimo sobre las plantas o los aceites (o no podemos recolectar plantas en un lugar libre de gran contaminación) mejor comprarlos preparados.

La maceración en frío es más larga pero a la par, más sencilla y mantiene mejor las propiedades de las plantas. Es muy fácil…

1. Elegís vuestras flores (caléndula, lavanda, manzanilla) y las ponéis en un bol, apretándolas un poquito contra el fondo. Es interesante que estén lo más secas posibles, para evitar introducir agua en el preparado. También se podrían triturar.

2. A continuación ponéis el aceite: oliva, almendra, girasol… Aunque vale la pena elegir aceites que sean más estables a la oxidación como los de jojoba, aguacate, macadamia, sésamo… Unas cuatro partes por parte de flores.

3. Removéis cuidadosamente y pasáis todo el contenido del bol a una botella o bote que podáis cerrar herméticamente. Se deja entonces macerar un mes. Aquí llegan las controversias: hay gente que recomienda dejar la botella en un lugar oscuro y fresco, otros prefieren dejarla al sol para acortar el tiempo de espera o darles “las propiedades del Astro Rey”… Es una amiga la que me ha explicado cómo hacer macerado (gracias, Ana) para poder compartirlo con vosotros. Con ella he preparado macerado de flores de Caléndula, y lo hemos dejado cerca de una ventana, tapado, para que le de algo de calorcito.

4. Al haber pasado un mes, durante el cual se puede “mover” un poco, se debe filtrar (el filtro de café irá perfecto) el contenido y aún dejar la botella un mes más reposando. Se pueden poner algunas flores frescas más e incluso algo más de aceite. Cuando ya ha pasado el tiempo necesario, se filtra de nuevo… ¡y listo!


Realmente es un proceso largo pero no costoso. Yo tengo muchas ganas de hacer nuevas maceraciones, ¿qué me contáis? ¿Habéis preparado macerados en casa?
Yo tengo ahora mismo en mente preparar un macerado de vainilla… ¡Os cuento en cuanto pueda mis impresiones!

¡Saludos aromáticos!