El macerado oleoso es un aceite que contiene extractos
vegetales debido a la infusión de los mismos en el aceite de elección. Esto nos
da como resultado una fantástica sinergia entre las propiedades del aceite de
base y los principios activos de las flores o hierbas que hayamos decidido
poner a macerar.
Los macerados en aceite son un regalo de la naturaleza y su
uso en masajes, un verdadero placer. Los podemos encontrar preparados, y su uso
será muy sencillo: como base oleosa para los aceites esenciales, como
ingrediente en nuestros cosméticos caseros o solos, en masajes de bienestar o
con fines terapéuticos.
Pero también podemos prepararlos nosotros mismos y todo el
proceso ya será un auténtico momento de relax. Por supuesto, la parte artística
es importante, pero si no sabemos un mínimo sobre las plantas o los aceites (o
no podemos recolectar plantas en un lugar libre de gran contaminación) mejor
comprarlos preparados.
La maceración en frío es más larga pero a la par,
más sencilla y mantiene mejor las propiedades de las plantas. Es muy fácil…
1. Elegís vuestras flores (caléndula, lavanda,
manzanilla) y las ponéis en un bol, apretándolas un poquito contra el fondo. Es
interesante que estén lo más secas posibles, para evitar introducir agua en el
preparado. También se podrían triturar.
2.
A continuación ponéis el aceite: oliva, almendra,
girasol… Aunque vale la pena elegir aceites que sean más estables a la oxidación
como los de jojoba, aguacate, macadamia, sésamo… Unas cuatro partes por parte
de flores.
3. Removéis cuidadosamente y pasáis todo el
contenido del bol a una botella o bote que podáis cerrar herméticamente. Se
deja entonces macerar un mes. Aquí llegan las controversias: hay gente que
recomienda dejar la botella en un lugar oscuro y fresco, otros prefieren
dejarla al sol para acortar el tiempo de espera o darles “las propiedades del
Astro Rey”… Es una amiga la que me ha explicado cómo hacer macerado (gracias,
Ana) para poder compartirlo con vosotros. Con ella he preparado macerado de
flores de Caléndula, y lo hemos dejado cerca de una ventana, tapado, para que
le de algo de calorcito.
4. Al haber pasado un mes, durante el cual se puede “mover”
un poco, se debe filtrar (el filtro de café irá perfecto) el contenido y aún
dejar la botella un mes más reposando. Se pueden poner algunas flores frescas
más e incluso algo más de aceite. Cuando ya ha pasado el tiempo necesario, se
filtra de nuevo… ¡y listo!
Realmente es un proceso largo pero no costoso. Yo tengo
muchas ganas de hacer nuevas maceraciones, ¿qué me contáis? ¿Habéis preparado
macerados en casa?
Yo tengo ahora mismo en mente preparar un macerado de
vainilla… ¡Os cuento en cuanto pueda mis impresiones!
¡Saludos aromáticos!
Pues nunca he preparado un macerado.La verdad es que no tenía ni idea del tema,hasta ahora! ;-) El de vainilla que sugieres al final puede estar muyyyy bien.Ummmm,qué golosito!
ResponderEliminarUn besito guapa.
Bueno, si te cuento mis macerados me dejas de hablar, je, je. Dejé macerando hierba buena en aceite de almendras dulces, y lo mismo con piel de pomelo, bueno, pues solo tengo que decirte que tuve que tirar, botes y todo, un desastre. Por ahora me conformaré con los aceites esenciales diluidos en bases como el aceite de almendras dulces, jojoba, girasol, oliva....Buen finde guapa y besos!
ResponderEliminarYo los hago continuamente y la verdad son fabulosos. Actualmente estoy con el de Romero que es fabuloso para el reuma, articulaciones pues descontractura...entre otras muchas cualidades El macerado lo alterno también en el sol...creo que al recargarse de prana se multiplican sus cualidades.
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