Estos días nos encantan a la mayoría. Ya sea porque podemos
estar con los que más queremos, porque podemos descansar, porque nos traen
buenos recuerdos de la infancia… Yo he tenido un año difícil y parece que se
avecinan otros aún peores… Pero no por ello dejaremos de soñar, ¿verdad?
Tengo la suerte de vivir en una casa donde se juega al
Trivial en vez de ver la tele, donde cabe una orquesta en un dormitorio, donde
no nos da vergüenza decir “te quiero”. Y eso es de agradecer. Además este año
me ha devuelto a dos amigas de la infancia que han venido con sus maridos a
cuestas por lo que la pandilla no podía ser más divertida.
Por eso, para el consabido “amigo invisible” no lo he
dudado. ¡Aceite de masaje para todos! Un aceite cálido y dulzón para tocar y
tocarse mucho…
A ver qué os parece:
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30 ml de macerado de Monoï.
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30 ml de macerado de Vainilla.
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3 gotas de oleorresina de Vainilla (Vanilla planifolia)
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1 gota de aceite esencial de Canela – corteza (Cinnamomum verum)
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1 gota de aceite esencial de Almendra amarga (Prunus armeniaca)
En lugar de los macerados podéis utilizar vuestros aceites
vegetales de base: sésamo, almendra, avellana, ciruela… Mezclad los
ingredientes con cuidado en un frasco adecuado. Tomado entre vuestras manos una
pequeña cantidad de la sinergia para calentar y aplicarla sobre la espalda con
suaves movimientos circulares…
Un regalo para los sentidos porque además de tener un aroma
dulce y cálido es muy hidratante para la piel…
Hola guapa
ResponderEliminarmagnifica receta :D
Felicitaciones !!!
Saludos de Lissy